miércoles, 8 de octubre de 2008

Monólogos




¿Quién soy?




No se que ser. Asistimos, soplados por los borrascosos vientos de la globalización y el neoliberalismo, y en la intemperie de la estupidez, a una nueva disposición social de una cultura disgregada y atomizada en submundos cada vez más bizarros, donde jóvenes buscan desesperados su identidad.
Desde la crisis del petróleo, en medio de la vorágine golpista latinoamericana, ha fluctuado el poder del Estado sobre las naciones, quedamos librados a las leyes del mercado quedando presos del capital. Ya no hubo esas dos clases distintivas de la sociedad prole-patronal, pobre-rico, y el último intento de justicia social por acercar los márgenes se fue con el general (o “Santa” Evita)… Y no es que haya desaparecido una clase “media”, la cosa está mucho más compleja: hay más variedad de “pobres”, “medios” y “ricos”.
Y así ocurre con los incipientes rótulos: villero (máximo exponente: Pablo Lezcano), garca (m.e.: Miguens), cheto (m.e.: Emmanuel Horvilleur), flogger (m.e.: Cumbio), virgo (m.e.: Jesús), puto (vos), emo (m.e.: y… capusotto), dark (m.e.: las medias de Susana), clásico (boca-river), trola (vos), y muchísmos más. Y no podemos aseverar –salvo en el muy menor de los casos-, que estos grupos se identifiquen con clases sociales determinadas. Es aquí, donde hoy, el joven argentino se halla en un laberinto donde su sentido de pertenencia es una brújula mal calibrada. ¿Cómo podemos actuar, vos y yo, para guiarlos por el camino de la salvación?: agrediendo beligerantemente (oral, escrita o físicamente) a todo quien pertenezca a algún grupo estereotipado.





Accionar del avaro

En nuestra existencia cotidiana se nos presentan situaciones incómodas, que nos hacen dudar acerca de cómo deberíamos reaccionar con ciertas personas. Una que nos pasa repetidas veces es cuando un conocido que no es tan amigo nuestro nos debe una suma pequeña de dinero.



El jueves te pidió 2 pesos en la facu para sacar una fotocopia, pasó el viernes y vos no le dijiste nada; llegó el lunes y te preguntó sobre tu finde sin rozar siquiera el tema “prétamo-devolución”. Sopesás varias opciones, entre ellas quizás la más inteligente que se te ocurre, es pedirle vos a él dos pesos para cualquier cosa, pero anda justo para la nafta o el bondi.



Al fin, considerás que es una suma pequeña, pero molesta el hecho de que se pueda estar haciendo el pelotudo “por ratón”. Y te decís a vos mismo: “bueno… la próxima vez que me pida le digo que no tengo”. Pero, como es sabido “el ratón” tiene diferentes maneras de compartir con vos tu dinero. Por caso: se juntan con otros compañeros y deciden recaudar fondos para una coca con criollitos; advertís lo que nadie: este chabón otra vez se hace el reverendo boludo y oportunamente le llega una llamada en su celular que “no lo escuchaste porque estaba en vibrador” y en el momento que se está pasando la gorra para la vaquita, disimuladamente se ausenta para volver a presentarse con total impunidad a comer los criollitos y beber la coca que su dinero no compró.



Así, el vil compañero avariento pasa desapercibido por la mayoría, pero no para vos. Encima, su actuar siniestro llega a tal punto, que cuando aporta capital económico intenta que quede grabado en la memoria de todos, aplicando un método de estimulación constante por medio de frases (Ey!, ahí puse 1,50.. a ver esperá… tomá los 25 centavos que me quedan, quedé seco, je”) o mediante su accionar, exagerando la búsqueda de dinero y poniendo en último lugar para que todos y cada uno sea testigo de su aporte. El punto superlativo del descaro llega con la acusación de que alguno no contribuyó (“pepe, te falta a vos”) llegando a un estado sublime de garca: “ok, no te hagas drama, nadie se va a morir por poner un peso más por vos”.



Luego, nos terminamos preguntando quién es más miserable: él, que aparentemente tiene algún tipo de mezquindad patológica, o yo, que ando preocupándome por sus actitudes en el ahorro de unas mugrosas monedas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

probando, uno, dos..unnnno, si, si

pocho blogger dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
pocho blogger dijo...

grosso...ogro bochornoso..bocho borroso...stop stop stooopppppp